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Oficialmente demostrado como siempre, que la máxima efectividad en búsqueda y detección canina de personas vivas sepultadas (o cualquier otro elemento), incluso frente a extrema adversidad visual, auditiva y olfativa, solo logra conferirlo, internacionalmente, la adecuada aplicación del oficialmente reconocido como destacado avance científico y trascendental legado en bien de la humanidad, Método Arcón.
Dos Perros de Salvamento Homologados Método Arcón (de Bomberos de El Salvador, y de Bomberos Panamá respectivamente) demuestran oficialmente, como siempre ha sucedido, tanto en simulacros oficiales como en operaciones reales, la óptima efectividad que solo logra conferir el tan avalado y mundialmente galardonado avance científico Método Arcón, localizando y señalizando en segundos una persona viva sepultada, ejemplares que fueron perfeccionados por el Dr. h.c. Jaime Parejo, ante Alta Adversidad, con pleno éxito, tras el desarrollo del LX Curso, Internacional, Método Arcón (operaciones en espacios confinados o nocturnas, con nula visibilidad, minimización extrema del olor emitido por la persona viva sepultada, adversa climatología con altas temperaturas, simultaneamente a las operaciones de búsqueda, existencia de numerosas personas corriendo a discreción con movimientos tan exagerados como atípicos, estridentes sonidos de sirenas de varios vehículos sonando ininterrumpidamente, existencia de elementos especialmente inhibitorios como retorcidas mallas metálicas o desplazamientos sobre escombros de diversos tipos de reptiles etc.), demostrando reiteradamente, a pesar de tanta adversidad, niveles óptimos e insuperables de autonomía, motivación, concentración, y consecuente rendimiento perceptivo olfativo, de tiempos de localización , de fructuosas estrategias de búsquedas, etc. (LX Curso, Internacional, Método Arcón, Oficial por el Gobierno de El Salvador).

 

Relación de Pruebas oficiales relativas a la obtención del CERTIFICADO HOMOLOGADO MÉTODO ARCÓN PARA INTERVENCIÓN, en lo que respecta específicamente a Búsqueda y Detección de Supervivientes Sepultados (bajo escombros, tierra…).

 

Puntualizando que el Método Arcón se aplica con idéntica efectividad óptima, oficialmente demostrada, en todas las especialidades de búsqueda y detección canina (supervivientes sepultados, restos humanos, personas extraviadas, explosivos, minas antipersonal, cáncer, covid19, especies animales y/o vegetales protegidas o invasoras, odorología forense, etc.). Y en cada especialidad, durante la última semana relativa al desarrollo del respectivo curso de especialización se efectuarán pruebas oficiales específicamente destinadas a la posible concesión del Certificado Homologado Método Arcón para Intervención (según cada especialidad, puntualizando que los niveles de rigurosidad y exigencia operativa serán en todos los casos, positivamente máximos).

 

El Certificado de Perro de Búsqueda y Detección Homologado para Intervención (respecto a cualquiera de las especialidades), ha de ser extendido exclusivamente por un centro oficial de formación (Escuela especializada militar o policial, Universidad…) acreditado como CIFHMA, y se podrán formar, evaluar y certificar homologadamente para intervención, exclusivamente en un Curso oficial de especialización Método Arcón, y durante la última semana del mismo, considerando que las cuatro semanas que comprenden el curso, implican obviamente un análisis global evaluatorio, extremadamente más riguroso, profundo y operativamente garantizado a todos los efectos, que unas simples pruebas evaluatorias únicas y aisladas.

 

El perro aspirante ha de ser miembro en activo e interviniente (integrante o pendiente de integrar respectiva Unidad Canina) de un Cuerpo de Bomberos, Cuerpo de Policía, Fuerzas Armadas, Protección Civil, Cruz Roja, Universidad, Organizaciones No Gubernamentales autorizadas en base a rigurosos criterios operativos, Instituciones oficiales competentes y/o relacionadas con una u otra especialidad.

Respecto a las Pruebas oficiales relativas a la obtención del Certificado Canino Homologado Método Arcón para intervención, puntualizar que cada perro, por sólidos motivos rigurosamente funcionales, racionales y operativos, ha de estar formado e intervenir específicamente en una sola especialidad.

 

Pruebas oficiales relativas a la obtención del Certificado Canino Homologado Método Arcón para intervención en siniestros (en lo que respecta específicamente a búsqueda y detección de personas sepultadas con vida)

 

En lo que respecta a las pruebas evaluatorias a efectos de conceder o no el certificado oficial a perros para intervención ante siniestros (búsqueda, detección y señalización de supervivientes sepultados) la Normativa oficial e internacional del Método Arcón, establece los siguientes parámetros: en base a la experiencia directa, rigurosamente registrada y analizada por los técnicos con mayor grado a nivel internacional de conocimientos, experiencia, resultados, reconocimiento real e intervenciones (ininterrumpidamente desde hace décadas), en numerosos desastres (terremotos, tsunamis, corrimientos de tierra, explosiones, fallos estructurales…) ocurridos en los cinco continentes, tanto en exterior como en espacios confinados sin visibilidad, con objeto de garantizar al máximo posible de una forma sólidamente operativa, real y científica, como se ha constatado oficialmente, la detección y consecuente salvamento de supervivientes sepultados (no visibles ni audibles) frente a todo tipo de siniestros y circunstancias posibles.

  • Superficie mínima de escombros o similar a batir: 5.000 metros cuadrados. Se ha constatado reiteradamente que es la superficie mínimamente necesaria para verificar que los perros abordarán adecuadamente, las operaciones de batida, en lo que respecta a edificaciones colapsadas de gran envergadura, sean cuales sean las dimensiones y morfología de las mismas, en las intervenciones reales.
  • Número de personas sepultadas: una o varias, debiendo ser el sepultamiento total, con máxima hermetización de la persona, perfecta mimetización externa del sepultamiento, la persona o personas a sepultarse, han de ser totalmente extrañas al perro, no portar reforzador alguno, estar en total silencio, y llevar puesta mascarilla respecto a boca y nariz con objeto de minimizar aún más, al máximo posible, la emisión de flujo espiratorio de la persona, considerando que en la casi totalidad de casos reales, la referida emisión es mínima ya sea por la profundidad del sepultamiento, estado de la persona, o escasa permeabilidad de los elementos sepultantes, y consecuentemente si los niveles de autonomía psíquica, motivación, concentración y consecuente rendimiento perceptivo olfativo del perro, no se encuentran optimizados durante las operaciones de búsqueda (circunstancia que solo logran conferir las técnicas del reconocido avance científico Método Arcón), se ha constatado científica y operativamente, que la detección canina respecto a emisiones espiratorias humanas (o de cualquier otro elemento) con valores tan mínimos, resulta por desgracia científicamente imposible.
  • Distancia mínima desde el punto de suelta del perro a la persona sepultada más próxima: 200 metros. (independientemente de que en la formación, el perro ha de tener un conjunto ilimitado de expectativas respecto a posibles ubicaciones del sepultado, desde la total proximidad al punto de suelta, hasta posibles distancias considerables respecto al mismo).
  • El perro ha de detectar y señalizar el punto de la persona/s sepultada/s sin que exista visualización alguna del Guía (tanto a efectos de oscuridad, como a la abrupta disposición de los escombros y/o tierra), debido a que son situaciones extremadamente frecuentes en las operaciones reales.
  • El Guía en ningún momento deberá guiar o conducir al perro, garantizando así que no es direccionado por la persona en momento alguno a puntos que la misma estime de cierta probabilidad, respecto al sepultamiento previamente efectuado, pues obviamente en las operaciones reales, respecto al punto o zona específica de sepultamiento (circunstancia comprobada en repetidas ocasiones), por su potencial variabilidad, nunca se puede tener certeza previa, a pesar de las informaciones personales que suelen transmitirse, como supuestas o “seguras”.
  • Tiempo máximo de batida para el perro: 5 minutos, ya sea una o varias personas sepultadas, a detectar y señalizar consecutivamente. Considerando que resulta vital localizar el punto o puntos de sepultamiento con la mayor rapidez posible, pues obviamente el hecho de que transcurran o no, simples segundos añadidos, puede determinar que se lleve a efecto el salvamento o por el contrario el fallecimiento, de la persona aún con vida sepultada.
  • La zona a batir ha de contaminarse, inundarse discrecionalmente, con numerosos rastros y depósitos odoríferos humanos, con objeto de que en absoluto exista rastro indebidamente direccionador, hacia el punto del sepultamiento.
  • Existirán además con carácter imprescindible, elementos adversos y distractores, durante la operación de búsqueda del perro, de tipo auditivo (por ejemplo sonido continuo de sirenas) y visuales (por ejemplo existencia de personas en movimiento extraño y extremo por el área perimetral de seguridad).